El gallo de la catedral
- Carolina Quispillo
- 2 feb 2022
- 1 Min. de lectura
Cuenta la leyenda que en la ciudad de Quito vivía Don Ramón Ayala a quién le gustaba mucho salir por las noches a tocar la guitarra y beber unas copas con sus amigos.
Don Ramón era un rico terrateniente que vivía una vida rutinaria se levantaba todos los días a las seis de la mañana a asearse y desayunar. Su almuerzo siempre era un bistec asado con papas y huevo frito acompañado de una taza de chocolate caliente. Luego se trasladaba a la biblioteca para leer un libro y después tomaba su siesta.
Más tarde se arreglaba para salir a la cantina de la Chola Mariana. Al caminar pasaba frente de la catedral donde había un gallo al que siempre desafiaba diciendo ¡Qué gallito, ¡qué disparate de gallito! Ya pasado de copas Don Ramón gritaba ¡El que se crea hombre, que se pare enfrente! ¡Para mí no hay gallitos que valgan, ni el de la catedral!
Una noche a las ocho pasaba ebrio por la catedral desafió al gallo. Cuando comenzó a gritarle el gallo alzó su pata y con su espuela lo rasgó. Inmediatamente, cayó al piso el noble señor. Luego el gallo le proporciona un fuerte golpe en la cabeza. Temeroso por lo que estaba sucediendo, pidió perdón y prometió que no volvería a tomar ni a injuriar.
Don Ramón cambió su vida por completo ya no tomaba. Se volvió respetuoso con los demás. Un cierto día, sus amigos le organizaron una fiesta en su honor, termino borracho y en la cantina de la Chola Mariana.

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